Nota sacada de Wikipedia.
No estoy de acuerdo don la ETA, desde el punto de vista de derecho no deberia haber muerto asi este tipo. Tal vez desde el punto de vista de la filosofia anarquista, la ETA tenia derecho a matarlo. Igual, lean este articulo sacado textual de la wikipedia.
Llegado al termino a mi me dio escalofrios; esto para mi es asi. Traduscamoslo a Argentina. Un grupo entreriano, de asendencia Marxista-Leninista; llamado, pongamosle "Agrupacion Libertad al Litoral" llamados, ALAL o tal vez panzas verdes, que hablan en guarani y todas esas cosas. Entonces tenemos el "Grupo terrorista", luego veamos. Este grupo terrorista, fundado en la decada del 60 luego del Cordobazo, pongamos, decide como primer acto, fusilar al general Negri, o algun general de la policia secreta de la dictura militar de 1976. Lo matan, luego al volver la democracia, los miembros del ALAL son capturados y juzgados. Hasta ahi todo bien.
Luego un gobierno democratico, luego de sancionada un ley contra el terrorismo, le da la General Negri, uno de esos tipos que torturaba, que le gustaba quemar con el cigarrillo a las personas (Segun Saer, era del tipo que se exitaba con esta practica) y cosas de ese estilo; le dan una medalla del Congreso de la Nacion Argentina.
¿Esta bien o esta mal?
Voy a dar mi punto de vista. Esta mal que lo maten, esta mal que le den una medalla.
Me da escalofrios esta historia.
Nunca olvidemos que España tuvo un dictador desde el final de la guerra civil española en el 39 hasta el 77, cuando murio. Un Dictador, como los nuestros, con los mismos vicios que los nuestros.
Melitón Manzanas González (San Sebastián, 1909-1968): polícía español y jefe de la Brigada Político-Social de Guipúzcoa. Es conocido por su celo en la represión de la disidencia al régimen franquista y por haber sido la primera víctima mortal de un atentado reinvindicado por Euskadi Ta Askatasuna (ETA).[1]
Estudió peritaje en la capital donostiarra. En 1936, tras el estallido de la guerra civil, fue encarcelado por las autoridades republicanas a causa de sus simpatías con las tropas sublevadas. Permaneció recluido en el Fuerte de Guadalupe hasta septiembre de 1936, cuando las tropas franquistas toman la ciudad. Se une entonces a la guerra hasta el final del conflicto.
Entró a formar parte del Cuerpo General de Policía en 1941, con el grado de inspector en Irún, desde donde pasó a la Brigada Político-Social de Guipúzcoa, de la que terminó siendo jefe. Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró con la Gestapo alemana desde su puesto en la policía española. Todos los detenidos políticos que cayeron en su ámbito de acción han coincidido en señalarle como torturador brutal. Su labor policial le convirtió, a ojos de los opositores, en el principal exponente de la represión de la dictadura franquista en el País Vasco.
Por eso, y porque algunos de sus militantes habían sido torturados por Manzanas, la dirección de ETA decidió ejecutarle. Se suele decir que Manzanas fue la primera víctima mortal de ETA, pero ésta fue el guardia civil José Pardines, durante un enfrentamiento en Villabona (Guipúzcoa) en el que murió también el etarra Txabi Etxebarrieta. Manzanas fue la primera víctima mortal en un atentado, es decir, el primer asesinato político premeditado y planeado por la organización. El 2 de agosto de 1968 los tres etarras encargados de darle muerte le esperaron frente a su domicilio en Irún, un chalet llamado Villa Arana, y le dispararon siete tiros. El atentado fue reivindicado en una intervención ante la televisión belga, y el etarra Xabier Izko de la Iglesia fue acusado años más tarde del asesinato, aunque siempre negó haber sido él quien quitó la vida a Manzanas. El inspector estaba casado y tenía una hija.
En enero de 2001, el gobierno de José María Aznar concedió a Melitón Manzanas la Medalla al Mérito Civil a título póstumo, en aplicación de la ley 32/1999, de 8 de octubre de solidaridad con las víctimas del terrorismo, que había sido aprobada por unanimidad. Esta decisión provocó protestas en varios sectores de la oposición, que arguyeron que el "justo reconocimiento" a las víctimas del terrorismo no podía hacerse "a cualquier precio" y que la medalla suponía "avalar la trayectoria de un torturador, ligado a una dictadura inhumana y cruel, que perseguía, encarcelaba y fusilaba a personas inocentes, que defendían pacíficamente la democracia y las libertades", en palabras de Javier Madrazo (Coordinador General de Ezker Batua-Berdeak), así como de Amnistía Internacional[2].[3][4] El Tribunal Supremo avaló la concesión de esta medalla de acuerdo con la ley.
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