El humo del cigarrillo exalado por su nariz hacia figuras geometricas cerca de su cara, mientras que a cada movimiento el humo del cigarrillo cambiaba su forma y hacia que cambie de direccion. Su cigarrillo estaba en su mano y sus ojos estaban mirando a la nada, mientras la ceniza caia sobre la mesa y el cenicero estaba vacio de cenizas, solo tenia un par de papelitos quemados por cenizas de otro cigarrillo.
La noche se habia ido, la madrugada con sus colores caia sobre ese lugar. El dia con su clima iba tomando su lugar en el cielo, y el sol empezaba a levantarse, lavandose las lagañas que le habia dejado la noche anterior. Las luces de la calle se iban apagando despacio y la gente empezaba a moverse, casi todos medios dormidos, hacia la estacion de trenes o de colectivos. Los coches empezaban a andar cada vez con mas frecuencia, mientras que los chicos vestidos con uniformes de colegios privados, en su mayoria, o con guardapolvos blancos, en su minoria, andaban por las calles agarrados a sus madres que sin ningun pudor y bien despiertas llevaban a sus retoños para el colegio que le tocara.
El bar estaba abierto desde hacia mucho tiempo, y el frio se colaba por la puerta abierta; no habia demasiada gente en el cafe y casi todas las mesas estaban vacias. Vacias de gente y de sonidos, pero el estaba sentado con la vista perdido, quizas buscando el infinito en algun punto de ese cafe. Tranquilo se movia de a poco, y agarraba su cafe, solo para notar que no tenia ya ningun liquido. Miraba el vaso del agua, agua gasificada, se puso a mirar las burbujas del agua gasificada. Siempre habia una que se soltaba de donde estaba y saltaba para arriba, y con una velocidad desmesurada se iba a suicidar contra el horizonte del agua. Sus dedos de la mano izquierda tomaron de una forma rara el vaso de agua gasificada y se llevo el vaso a la boca, tomando un poco del liquido.
El cigarrillo se consumia en su mano derecha.
La vida de todos pasaba rapidamente minuto a minuto mientras nadie parecia hacer las cosas consientemente, era como si una gran inercia los moviera a todos. Era casi como que la vida es inercia, es la tendencia del cuerpo a seguir el movimiento constante que hacemos, es asi como la vida cada vez pasa mas rapido. Al principio, cuando uno es chico, la vida pasa lentamente, se siente el peso de los minutos, se siente el minuto como una unidad realmente larga del tiempo. Luego uno va crecientdo y va perdiendido esa conciencia de los segundos y minutos, su vida empieza a ser organizada por una agenda que va perdiendo horas y horas de tiempo libre para dar paso a las reuniones de algunos dias. Luego, ya el tiempo no se tiene hasta que de pronto en algun momento, lo recuperas. Pero lo recuperas cuando ya es demasiado tarde, cuando ya no se puede hacer nada con el. El tiempo es uno de los grandes enigmas de la vida, lo sabemos medir, entendemos que deviene siempre y se mueve. Mas no sabemos que hacer con el tiempo.
Mientras tanto el tomaba la taza y le sacaba todo lo caliente que le quedaba. Jose Maria Arce miraba la mesa de madera; Sputnik entro por la puerta, y las personas de la plaza ya no fueron del todo relevantes.
- Espero a Suaznabar, dijo Arce en trance.
- Aja.
Y miraba el horizonte entre las casas de Adrogue, mirando la plaza mayor donde estaba la bandera, donde estaba el monumento al padre de la armada argentina, un britanico, el Almirante Guillermo Brown, quiza un pirata; aunque seguro se llamaba William.
- Yo espero a Wilmar, dijo Sputnik.
- Wilmar, ah Wilmar, el gran anarquista. El que tiene una panaderia, todas las personas que trabajan en la panaderia son dueños de la panaderia, pueden entrar a la hora que quieran y todos obtienen las regalias de ese trabajo. Wilmar es un gran soñador, es una de esas personas que siempre tienen que soñar; por eso me cae bien. Wilmar sabe que es una utopia, sabe que no puede ser posible lo que el anhela, pero lo sigue intentando. Por eso me cae bien, porque persevera. Desgraciadamente nunca triunfara; es una pena. Mas no por eso dejara de hacerlo. Lo escuche muchas veces decir: "La Utopia es posible" pero ni siquiera èl cree que alguien algun dia podria vivir en la isla de Utopia; no duraria ni un minuto como utopiense; la idea de Tomas Moro es genial, pero el hombre creo el trabajo, el interes y el dinero, nosotros entendemos el tiempo solo para gastarlo.
- Aja dijo Sputnik mientras le traian un cafe.
- Hoy, retomo Jose Maria Arce, ya no es una lucha de los proletariados contra los burgueses. Nuestro problema, problema argentino, sigue siendo la lucha de clases. Hoy hay una nueva clase, la clase politica, que ya no representa ni a proletariados ni a burgueses, hoy la clase politica representa a esa nueva clase, los politicos. La revolucion proxima tiene que tener por objetivo a los de la clase politica. Ya los sindicatos no son ni peronistas ni anarquistas ni comunistas; no son mas de la masa proletaria, responden al capital y por eso, son parte de la clase politica. Estamos jodidos.
- Aja Dice Sputnik.
El dia se avecina y Jose Maria Arce se levanta las solapas de su saco y con el frio se despierta y se pierde en el dia invernal que se avecina.
La noche se habia ido, la madrugada con sus colores caia sobre ese lugar. El dia con su clima iba tomando su lugar en el cielo, y el sol empezaba a levantarse, lavandose las lagañas que le habia dejado la noche anterior. Las luces de la calle se iban apagando despacio y la gente empezaba a moverse, casi todos medios dormidos, hacia la estacion de trenes o de colectivos. Los coches empezaban a andar cada vez con mas frecuencia, mientras que los chicos vestidos con uniformes de colegios privados, en su mayoria, o con guardapolvos blancos, en su minoria, andaban por las calles agarrados a sus madres que sin ningun pudor y bien despiertas llevaban a sus retoños para el colegio que le tocara.
El bar estaba abierto desde hacia mucho tiempo, y el frio se colaba por la puerta abierta; no habia demasiada gente en el cafe y casi todas las mesas estaban vacias. Vacias de gente y de sonidos, pero el estaba sentado con la vista perdido, quizas buscando el infinito en algun punto de ese cafe. Tranquilo se movia de a poco, y agarraba su cafe, solo para notar que no tenia ya ningun liquido. Miraba el vaso del agua, agua gasificada, se puso a mirar las burbujas del agua gasificada. Siempre habia una que se soltaba de donde estaba y saltaba para arriba, y con una velocidad desmesurada se iba a suicidar contra el horizonte del agua. Sus dedos de la mano izquierda tomaron de una forma rara el vaso de agua gasificada y se llevo el vaso a la boca, tomando un poco del liquido.
El cigarrillo se consumia en su mano derecha.
La vida de todos pasaba rapidamente minuto a minuto mientras nadie parecia hacer las cosas consientemente, era como si una gran inercia los moviera a todos. Era casi como que la vida es inercia, es la tendencia del cuerpo a seguir el movimiento constante que hacemos, es asi como la vida cada vez pasa mas rapido. Al principio, cuando uno es chico, la vida pasa lentamente, se siente el peso de los minutos, se siente el minuto como una unidad realmente larga del tiempo. Luego uno va crecientdo y va perdiendido esa conciencia de los segundos y minutos, su vida empieza a ser organizada por una agenda que va perdiendo horas y horas de tiempo libre para dar paso a las reuniones de algunos dias. Luego, ya el tiempo no se tiene hasta que de pronto en algun momento, lo recuperas. Pero lo recuperas cuando ya es demasiado tarde, cuando ya no se puede hacer nada con el. El tiempo es uno de los grandes enigmas de la vida, lo sabemos medir, entendemos que deviene siempre y se mueve. Mas no sabemos que hacer con el tiempo.
Mientras tanto el tomaba la taza y le sacaba todo lo caliente que le quedaba. Jose Maria Arce miraba la mesa de madera; Sputnik entro por la puerta, y las personas de la plaza ya no fueron del todo relevantes.
- Espero a Suaznabar, dijo Arce en trance.
- Aja.
Y miraba el horizonte entre las casas de Adrogue, mirando la plaza mayor donde estaba la bandera, donde estaba el monumento al padre de la armada argentina, un britanico, el Almirante Guillermo Brown, quiza un pirata; aunque seguro se llamaba William.
- Yo espero a Wilmar, dijo Sputnik.
- Wilmar, ah Wilmar, el gran anarquista. El que tiene una panaderia, todas las personas que trabajan en la panaderia son dueños de la panaderia, pueden entrar a la hora que quieran y todos obtienen las regalias de ese trabajo. Wilmar es un gran soñador, es una de esas personas que siempre tienen que soñar; por eso me cae bien. Wilmar sabe que es una utopia, sabe que no puede ser posible lo que el anhela, pero lo sigue intentando. Por eso me cae bien, porque persevera. Desgraciadamente nunca triunfara; es una pena. Mas no por eso dejara de hacerlo. Lo escuche muchas veces decir: "La Utopia es posible" pero ni siquiera èl cree que alguien algun dia podria vivir en la isla de Utopia; no duraria ni un minuto como utopiense; la idea de Tomas Moro es genial, pero el hombre creo el trabajo, el interes y el dinero, nosotros entendemos el tiempo solo para gastarlo.
- Aja dijo Sputnik mientras le traian un cafe.
- Hoy, retomo Jose Maria Arce, ya no es una lucha de los proletariados contra los burgueses. Nuestro problema, problema argentino, sigue siendo la lucha de clases. Hoy hay una nueva clase, la clase politica, que ya no representa ni a proletariados ni a burgueses, hoy la clase politica representa a esa nueva clase, los politicos. La revolucion proxima tiene que tener por objetivo a los de la clase politica. Ya los sindicatos no son ni peronistas ni anarquistas ni comunistas; no son mas de la masa proletaria, responden al capital y por eso, son parte de la clase politica. Estamos jodidos.
- Aja Dice Sputnik.
El dia se avecina y Jose Maria Arce se levanta las solapas de su saco y con el frio se despierta y se pierde en el dia invernal que se avecina.
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