- ¿La metafísica del cuento policial? - Le pregunté mirándolo por primera vez, su barba blanca, su camisa desalineada y su corbata de color negra.
- Sí.
- Mira vos.
- Aja. El contar el crimen en cuanto tal, sus propiedades y principios.
- Y la causa primera.
- Sí. Ahí discurre la duda. ¿Cuál es la causa primera?
- ¿en el cuento policial? – Le digo. – El crimen.
- Parecería ¿No? Pero yo no estoy tan seguro. Antes del crimen esta el móvil. Si no hubiera móvil el crimen sería pasional, digamos narrable, pero mas para un policial negro que para uno “ingles”. No, yo creo que las causas primeras del cuento policial viene del escritor. Siempre está. Hay elementos y él se va camuflando en otros. La muerte como vehículo de narración. La carta perdida, el gorila perdido en la ciudad, los colorados de la liga y tantas otras cosas.
- Aja. – Le dije. Me había perdido y ya no lo estaba mirando. Estaba mirando la pared. Faltaba poco para que llegara la hora de irme.
- Porque en algún sentido, creo, que para escribir un cuento policial; del tipo investigativo, el que yo llamo “ingles”. El otro sería el “yanqui”, el negro. Antes que nada tiene que estar la investigación, el cómo y qué dejó el asesino. El autor como autor del crimen tiene que matar dejando pistas, que según mi óptica nacen antes que el asesinato en sí. O sea, las huellas en el piso con las que el gran investigador ingles asume científicamente la altura del criminal estaban pensadas antes del crimen. Antes nacieron las huellas y luego el muerto. Luego el asesino, y luego los móviles. Lo mas sencillo. Entonces tenemos que el cuento va por otro lado que la construcción de mismo. Se me hace que primero nace la “solución” y luego nace “el hecho” y por ultimo, “las causas”. ¿Fascinante, no?
- Sí. Tremendamente fascinante. ¿Y usted, que escribe?
- Hoy por hoy. Criticas.
- Mire usted. Yo también, pero no me refería a lo profesional, sino a lo real. A lo que nos mantiene vivos en cuanto escritores.
- Ah. – Lo miré, lo odié y me puso trémulo.. - Poco y nada, señor, poco y nada. Estoy haciendo la saga de un gaucho inmortal de nombre Zaucedo, en un primer fascículo este gaucho es muerto por su jefe por una china, luego revive (otra vez) para cabalgar a la nada, mientras que haciendo esto encuentra el fin (Metaforicaente hablando)...
1 comentario:
"Lo miré, lo odié y me puso trémulo"
Es tremendo tener que pedir perddón por creer que la crítica es algo menor.
TREMENDO.
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