lunes, enero 22, 2018

Carbonero.

Negro de cabeza a la cintura
El jean lleno de carbonilla
Se acerca al semi lleno de bultos
Apilados uno encima del otro
En una sucesión fínita de carbón.
Su compañero encima del acoplado
Levanta los fardos de diez kilos
A la sombra de la lona
Sucio como él mismo
Se lo alcanza sin suavidad
Sin sonrisas ni bromas
El trabajo está a medio hacer
El sol arrecia en el cielo
Todos los chistes dejaron su gracia
A los doscientos kilos descargados.
Él recibe el bulto y recorre un trecho
Hasta el galpón con su sombra
Sus ojos tardan en ver
Pero su memoria sabe el recorrido
Hasta donde los bultos se van acumulando
De la misma manera que están en el camión
Uno al lado del otro los bultos de carbón
Esconden la pared
Se cruza con su otro compañero
En la mitad del recorrido
Y el otro le tira otra vez un bulto
Recorre otra vez el trecho hasta el depósito
Y lo apila sin ver casi al lado del que tiró antes
El sol va cayendo al oeste
Y el camión va quedan vacío
El depósito está casi lleno.
El carbón lo cubre entero
Su torso desnudo negro
Su jean clarito todo oscuro
Se limpia en el baño sin espejo
Y no toda la carbonilla sale
Se mira las manos
Y debajo de las uñas siempre queda carbón
Mañana habrá que subir todo lo bajado
A otro camión del mismo tamaño que el anterior
El jornal será igual que el de hoy
Estará otra vez
Negro de cabeza a la cintura
Y con el jean lleno de carbonilla
Como un Sísifo sin piedra
Pero con bultos de carbón
Podría ser peor
Ser menos repetitivo
Por lo menos es trabajo
Como todo trabajo
Es hacer y deshacer.

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