Miraba y salia, a veces ella entraba de mi vida. La puerta como figura principal de nuestra relación, por ahí entrar por ahí salir. Ver que ella no quería, a veces se abstraía. Iba ominosa a veces, y me hablaba francés. Después se iba, pero siempre volvía. Ella era baja, y entraba sola, sin invitación. Ella era mía a veces y de otros, otras veces. No sé porque nos vimos por primera vez, a veces pienso que es obra del destino, y otras veces pienso que es obra mía. Puede que te haya buscado o puede que ella me haya buscado a mí, no lo sé. Lo que sí sé, es que a veces aterriza en mi cama y se queda por horas, y después sale. La puerta por la que entra es la misma por la que sale de mi vida, y yo no hago nada para que vuelva. No espero que vuelva.
Por ahora siempre volvió.
La espera es lo peor. Yo sé que sale, y nunca sé si vuelve. Tampoco sé por donde buscarla. Todos los caminos a ella que intenté fueron inútiles, un intento fútil en mi lista de intentos. Intenté, al principio intentaba encontrarla por el barrio, buscarla por los cafés, soñando con arrabales. Pero no, nunca aparecía, ella para mí solo existe en mi cuarto cuando ella dispone, y no sé si esta bien o mal, tal vez no esta. A veces me pongo a pensar que ella es un fantasma, que vive solo en estas cuatro paredes.
Cuando se va la buscó por la ventana, esta ventaba que da a la calle, pero no la veo. Tampoco es una busqueda grande la mía, debo admitirlo. Tal vez lo hace con muchos otros hombres, y tenga algoritmos matemáticos para encontrarse con los demás. Según mis cálculos conmigo es los días pares, cada siete días, días hábiles no feriados. Estan marcados en mi calendario, pero eso le saca espontaneidad....
Pero espontaneidad es lo que no falta cuando ella abra la pesada puerta de mi departamento. Han pasado muchas mujeres por estas sabanas, pero ninguna como ella. Tal vez esto es lo que se llama amor, tal vez estoy adicto a su sexo. Pero no sé que es. Mi mundo últimamente se reduce en paredes tristes, viejas y grises. Manchas de humedad hay en esas paredes que se transpolan a mi vida. A veces me cuesta encontrar mi imagen en el espejo, a veces soy un vampiro; pienso que ella viene por un fetichismo raro. Pero ella esta ahí a veces, si la puerta se abre, se abre mi vida, si se cierra, soy humedad. ....Tálame con un sílex..... Le digo, y se va.
Irse, es salir. Hace minutos que se fue y siento... Siendo... No sé que sentir, no es vacío, no estoy vacío. Ella se fue, no se si volverá, no la buscaré, ya no hay que buscar. Si la encuentro algún día por la calle no se que haré. Tal vez la vea caminando junto a otro hombre, con chicos a sus costados, revoloteándoles, jugeteándoles. Yo seré el testigo de ese amor. Como soy testigo de su amor. Sucede a veces, que cuando estoy en la fría calle, espero verla. Mudarme es una opción, cambiar la cerradura; pero ella me encontrará, ella tiene más de una llave, ella tiene más que una puerta.
30-04-2005
Por ahora siempre volvió.
La espera es lo peor. Yo sé que sale, y nunca sé si vuelve. Tampoco sé por donde buscarla. Todos los caminos a ella que intenté fueron inútiles, un intento fútil en mi lista de intentos. Intenté, al principio intentaba encontrarla por el barrio, buscarla por los cafés, soñando con arrabales. Pero no, nunca aparecía, ella para mí solo existe en mi cuarto cuando ella dispone, y no sé si esta bien o mal, tal vez no esta. A veces me pongo a pensar que ella es un fantasma, que vive solo en estas cuatro paredes.
Cuando se va la buscó por la ventana, esta ventaba que da a la calle, pero no la veo. Tampoco es una busqueda grande la mía, debo admitirlo. Tal vez lo hace con muchos otros hombres, y tenga algoritmos matemáticos para encontrarse con los demás. Según mis cálculos conmigo es los días pares, cada siete días, días hábiles no feriados. Estan marcados en mi calendario, pero eso le saca espontaneidad....
Pero espontaneidad es lo que no falta cuando ella abra la pesada puerta de mi departamento. Han pasado muchas mujeres por estas sabanas, pero ninguna como ella. Tal vez esto es lo que se llama amor, tal vez estoy adicto a su sexo. Pero no sé que es. Mi mundo últimamente se reduce en paredes tristes, viejas y grises. Manchas de humedad hay en esas paredes que se transpolan a mi vida. A veces me cuesta encontrar mi imagen en el espejo, a veces soy un vampiro; pienso que ella viene por un fetichismo raro. Pero ella esta ahí a veces, si la puerta se abre, se abre mi vida, si se cierra, soy humedad. ....Tálame con un sílex..... Le digo, y se va.
Irse, es salir. Hace minutos que se fue y siento... Siendo... No sé que sentir, no es vacío, no estoy vacío. Ella se fue, no se si volverá, no la buscaré, ya no hay que buscar. Si la encuentro algún día por la calle no se que haré. Tal vez la vea caminando junto a otro hombre, con chicos a sus costados, revoloteándoles, jugeteándoles. Yo seré el testigo de ese amor. Como soy testigo de su amor. Sucede a veces, que cuando estoy en la fría calle, espero verla. Mudarme es una opción, cambiar la cerradura; pero ella me encontrará, ella tiene más de una llave, ella tiene más que una puerta.
30-04-2005
1 comentario:
la puerta marco tambien una relacion.. a veces era yo la que entraba, salia y me movia con total impunidad.. a veces era el.. creo que la mayoria del tiempo era el.. y nunca sabia cuando volvia o si no volvia.. nada se puede comparar, nadie puedo compara, con la piel increible que teniamos [hoy a veces la tenemos.. me roza y me hace sentir demasiado..], esto hace mas complicado el intentar deshacer el hechizo que me arrastra hasta el, sin importar que..
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