sábado, agosto 02, 2008

Opuesto o puesto

Sí. Él es mi opuesto.

Lleva puesto algo mío.

Ahí está él con ella, caminando separados, solo unidos por ese pequeño cordón que son sus manos juntas. Dentro de poco yo sé que va a llover, va a caer agua de celofán. Enroscada en sí misma, con su color azul celeste, blanco azul y azul azul.

Van tranquilos de la mano, caminando por esta calle ya tan transitada en otros pasados apaisados en paisajes aparados por mi memoria antes que se me moría todo lo que sentía. Antes que se muera todo lo que sentía por mí y se haya dedicado a mi opuesto.

Hay una sola diferencia entre mi opuesto y yo. Que él esta allí caminando con ella, mientras yo estoy acá caminando solo. Persiguiéndolos como una acosadora de almas. Los veo, creo que están felices. En algún punto me hace feliz que este feliz. Pero me molesta que sea mi opuesto. Antes pensaba que ella era mi opuesto, ya que pensaba que éramos una moneda. Ella la cara y yo la seca. Ella con personalidad, yo seco de ideas y regalos.

Pero se disolvió todo lo nuestro y un día me levanté solo. La busqué en mi hombro y no la encontré, aunque estaba dolorido como cuando ella dormía sobre él. Me vestí rápido, sin perder tiempo, para definir lo rápido. Salí corriendo de casa, siguiendo con todo lo rápido. Llegué a su casa, justo para ver cuando ella le abría la puerta a mi opuesto. Yo desde enfrente, detrás de un árbol para que no me vieran. Vi como estaban en el umbral y hablaban tonterías, cucherias. Ella estaba macanuda y él estaba como yo, pero siendo opuesto a mí. Se la llevaba puesta en su ser a ella. Me molesté. Ella lo besa, él respondió. Su beso fue totalmente opuesto a los besos que nos dábamos nosotros. Y no por eso dejó de ser malo. En ese momento empecé a pensar la forma para hacer desaparecer a mi opuesto.

Ahora voy a una distancia prudencial de ellos. Van juntos de la mano. Contacto físico efímero pero totalmente necesario para no perderse entre la demás gente que camina. Por eso los novios van juntos, apretados; no se quieren perder el uno del otro. Si los novios se sueltan las manos se pierden entre los mares de gente en agua de celos. Ahora ellos van como novios agarrados de la mano. Sé que ella querría ir abrazados pero él al parecer (o parece ser) no quiere. Debe sentir mi presencia (O ausencia).

Me sacó un pedazo de celofán que moja mi sobretodo gris. Camino detrás de ellos, perdiéndolos por momentos pero sabiendo que siempre los voy a encontrar. Son ella y mi opuesto, es imposible que los pierda de vista, o los presienta, sí eso es mejor. Piso los mismos pasos que mi opuesto, solo que su derecha es mi izquierda. Yo soy siniestro para ella. Quizás por eso terminó con mi opuesto, yo era todo lo malo de mí; supongo que mi opuesto es todo lo bueno de mí. Y sin embargo no es mí. Es él. Solo que es mi opuesto.

¿Yo defino a mí opuesto? Si es así puedo hacerlo desaparecer prontamente. La veo reírse y me hace un pequeño tajo en el pulmón. Cada vez que veo a mi paredro reírse me duele. Ya que cada vez que él se ríe, yo tengo que estar triste. Sí él vive, yo estoy muerto. Lo veo vivo, entonces me siento muerto. Seré solamente un fantasma que anda asustándolos. Seré una ladrona de almas. No lo sé. Las cosas son muy grandes para saber.

Se fueron todos, no queda nadie. Ellos doblaron en una calle que ha sido nuestra, y ahora es de ellos. Si yo soy el mal, y mi opuesto es el bien; qué debo hacer. Tengo opciones. Ella parece ser (parecer; para ser) feliz. Yo eso es lo que quiero de ella. Mi opuesto, él, parece ser feliz, yo quiero que él sea infeliz. Así él me puede dar la felicidad, la que hace tan poco tenía (Una tenia tenía un tengo, me pierdo en pensamientos bobos).

Terrible dicotomía de la vida. Para hacerme feliz a mí tengo que hacerlo infeliz a él y si lo hago infeliz a él, la hago infeliz a ella. Es un momento complicado de mi vida. Debo ser egoísta o dejarlos a ellos ser.

Pero ellos, son o parecen. Si parecen debo hacer desaparecer a mi opuesto puesto en ella, y si ellos son debo dejarlos. Pero también me definí como la representación del mal con mi opuesto. Y si soy maligno, él debe ser bondadoso, lo cual la hace mejor para ella que yo mismo. Pero si soy maligno tengo que destruirlo a él, ya que yo soy maligno. Pero ella no tiene nada que ver con mis problemas entre mi opuesto y yo. Nada mas que él está puesto en relación con ella.

Ahora pienso si alguna vez la tuve. ¿La tuve? Tal vez un tiempo. O era mí otro opuesto. Pero no puede haber dos opuestos a mí. Eso sería absurdo. Y además el único que me importa es ese que camino de la mano a ella. Veo sus manos coloradas de lo fuerte que se apretan. Tal vez, al fin de cuentas, él es el maligno y me la sacó de prepo, solo por nuestra similitud física. Ella debe soñar conmigo, y debe saber que ese que duerme al lado de ella, no soy yo. Ya que debe sentir que algo esta mal; no debe sentir ese instante, esa comprensión que yo le daba.

Si estuviera seguro que él es el maligno sería todo tan sencillo. Lo hago desaparecer. Desaparezco yo, y no siendo, él tiene que dejar de ser. Ya que no puede existir superman sin el superman bizarro. Si le saco al mi opuesto maligno de mi costado, eso me convierte en el bueno. Me imagino bueno, no sé si lo soy. Tal vez soy el bueno y él el malo.

Es fácil hacerlo desaparecer a él, a mi opuesto puesto en ella. Tendría que desaparecer. El único problema con eso es que no sé cuál soy yo.

Ella se da vuelta. Me miró. Sus ojos se cruzaron con los míos. Me ve mojado en lluvia de celofán inventada en un mundo de sueños. Los autos de cartón aúllan a mi costado; ella me ve. Su cara, sus ojos, su ser, su alma, la fotografía que le saqué hace tanto tiempo de su aura, vuelven a ser. Ella necesita que le saqué a mi opuesto.

Mi opuesto con su mano la apreta y se apresta a agarrarla toda. Ella no quiere. Me hace no con su cara, como esa vez. No. Lo veo en tus ojos. Me doy cuenta que todo es mi culpa, si hubiera escuchado ese no, nada de esto hubiera pasado. Nada de esto, nada de estoy. Entonces solo me queda borrarte a mi opuesto.

Pero para borrarte a mi opuesto me tengo que borrar a mí. Lo haré por vos. Sabe, te sacó a mi opuesto de ahí, pero me sacó a mí también por siempre. Lo único que tengo que hacer es dejar de ser. Dejar de escribir, tengo que dejar de escribir y él va a desaparecer conmigo, y tu mano se quedará libre para tomar a cualquier otro hombre mejor que mi opuesto y yo juntos. Entonces dejar de ser, siendo anónimo, ¿te acordas? Pondré en practica la teoría. Tengo que dejar de escribir, ser otro anónimo. Si el final del día es el comienzo de la noche entonces el final de la noche es el comienzo del día. Dejar de es

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantisimo relato, me gusto el final...dejar de es...
Gracias por tu huella
un abrazo grande

Coffee's for closers dijo...

Me encanta tu forma de relatar, pero dudo que haya terminado con "dejar de es", o no? =P
Un beso gigante :)

Lucîa.Y.A.C. dijo...

bonito blog para perderse un rato..
saludos

ai dijo...

lo que mas se extraña es caminar de la mano.. y solo caminar de la mano.. por calles recorridas hasta el cansancio.. conocidas hasta el cansancio.. los detalles.. esos que nunca me gustaron..
me encontre en tantos lugares conocidos.. hermoso post.. muy bella historia..

maga dijo...

A mi, entre muchas cosas, lo que me gusta cuando leo es que el texto se me haga felizmente visual (al margen de la felicidad del contenido, claro esta) y este surtio parte de ese efecto. Eso estuvo bien... al margen de cierta tristeza, que tambien es una parte.
Muchas gracias por tu comentario :).

ai dijo...

extrañarlo es una consecuencia mas de cambiar de pais.. extrañar todo el resto de la lista tambien.. algunas me esperaran cuando decida volver a casa, otras tal vez no.. y asi estara bien.. estoy viendo y viviendo muchas cosas nuevas y es inevitable no pensar en lo que dejo atras..

tu lista.. tiene muchas de las cosas que disfruto.. y de a ratos me encantaria tener la posibilidad de cambiar lo que extraño por lo que tengo..

te dejo un beso, g, siempre es bello leerte..