Mientras Coltrane suena repetidamente en mi cerebro, mientras los preservativos siguen en el guante en la guantera y las flores se van marchitando, lentamente como espero que no sea así nuestro amor; pienso en nuestros besos. En los últimos, los besos tiernos, crudos que nos dimos.
Siento una desesperanza en mi corazón ya que siento en mi pecho como tus manos me alejaban, intento fútil de no hacerme mal. Sé que tu boca buscaba mis labios y tu razón insistía en que pienses. Yo, mientras tanto, intentaba besarte; buscando tocar esa tecla para llegar a tu corazón. Buscando eso que ya había tocado tantas veces y en estos meses se me niega todo el tiempo.
Tus manos me quemaban cada vez que parados estábamos besandonos cuando la noche caía sobre nuestras espaldas en tu casa. Tus manos en algunos momentos intentaban alejarme de tu cuerpo, ese cuerpo que tantas veces cubrí con cariño, con mi cuerpo entero y que quiero seguir cubriendo. Cada tanto, creo que la razón se callaba, y en esos momentos eras libre de darme besos en la panza o dejarte llevar por las cosas que siempre fuimos.
Creo que por momentos pensabas. Me molestaba cuando pensabas, ya que en esos momentos te perdía.
Recuerdo tus ojos rojos detrás de las gafas, te imagino con el alma azul tornando en roja. Y me siento culpable de que broten de nuevo tus lagrimas. Esas lagrimas que tanto me molestan, esas lagrimas que son tan nuestras como todo lo que fuimos.
Te veo tantas veces, te recuerdo de entre casa, abriendome la puerta. Sorprendida, supongo, intentando acallar tus sentimientos. O intentando hacerme sentir bien, mejor; intentas hacerme bien, hacer que te olvide. Tus palabras, algunas, son dagas que se clavan en mi corazón abierto a vos.
Te intento, te busco, te recuento toda. Mirándote. Te veo, parada, cerca de la escalera, viniendo. Te veo, viniendo a mi, que estoy parado cerca de ti. No puedo parar, mi corazón galopa y te tengo que besar. Así que te besé.
Me acerque a vos, yo pensando en que ibas a estar renuente a un beso pasional. En principio, te dejaste; devolviendo como siempre. En principio te dejaste. Yo puedo hacer mil y un propuestas. Que al parecer vos no podes aceptar.
Siento que estas pensando todo tanto como yo lo hacía. Yo quiero dejar de pesar, empezar a actuar. Actuarte, tocarte y molestarte. Quiero estar con vos, simple. Buscarte y amarte. Todos los tipos de arte que se te ocurran, yo los quiero para nos.
Tus labios se abren a mi, mi boca se convierte otra vez en tu boca. Tus manos se juegan en mi espalda, estas sorprendida y los ecos del amor vuelven a repetirse. Todo no termina de pronto, te busco y te encuentro. Hasta que pensas.
Te deseo. Punto. Quiero “cosita (Gestito con las manos)”. Quiero “nieve memé (Y todo lo memé que imaginemos)". Quiero:
"Yo te prefiero
Fuera de foco
Inalcanzable
Yo te prefiero
Irreversible
Casi intocable (Con bailecito incluido)". Quiero “I Love You (Antes diciendote todo lo que no te puedo decir con palabras)”. Quiero “Todo y más (vos)”. Quiero “a vos”.
Luego me fui, sin querer irme; sabiendo que vos ibas a llorar. Yo no lloré, me quede dormido en un sillón. Hoy me siento mal, tu esencia se fue de mi ser. E intento saber cuando puede ser la próxima vez que te tenga entre mis brazos.
Te cito, y me lo creo: “Y ya no creo que sea posible volver a ser sólo la mitad de este entero en el que nos convertimos.
Acá, sin dudas, pasa algo.”
¿Qué nos pasa ahora? No quiero seguir siendo este medio, quiero el todo. Quiero mi otra mitad, te quiero. Te extraño.
Otra vez, sé que fue la última vez.
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