Mientras que el narrador sabe todo lo que pasó, todo lo que pasa y todo lo que va a pasar. El narrador no tiene ganas ni tiempo de narrar (Escribir) todo lo que que ha pasado, todo lo que está pasando o todo lo que pasará.
Pero porque no puede mantener los dedos callados (metáfora) tiene que por lo menos dar una mirada a todo lo próximo que pasó, lo que está pasando y lo que pasará. Los cables los tiene agarrados de la mano, bien tensos, mientras "ve" a Wilmar pasar por un gran salón caminando delante (o por) de un anarquista con cierto número primo y par mayor que dos.
El anarquista, mientras camina detrás, ve en el gran galpón pegadas con cinta de embalar algunas obras (reproducciones) de Joan Miró (Que en algún momento estuvieron en una sala de espera de una clínica materno infantil) le dice a Wilmar (Anarquista sin número):
- Estos cuadros están al revés.
- Sí. Y tienen el mismo sentido; demuestra la grandeza del anarquismo: que las formas sigan siendo bellas sin tener que darle importancia a los sentidos impuestos por autores o por las masas... Además él que las puso realmente no tenía idea de quién era Miró... Así que busque esa excusa. Y por ahora creo que quedó bonita; tal vez al próximo que pregunte le responda otra cosa.
Luego, los dos personajes se perderán en su pasado y futuro. El presente que el narrador quizo mostrar fue ese instante. Aunque el narrador se quedó realmente impresionado con un cuadro llamado "Elasticidad" de Umberto Boccioni que nunca podrá narrar ni menos terminar de abstraer. Pero luego el cuento o suceso, transcurrirá entre lo que venía siendo un cuento con inicio, nudo y final. Sin intervención de nada más que lo pasa.
Y esto puede ser leído como algo que está pasando, que pasará o que pasó. O tal vez, también, como algo que no pasó, está pasando o pasará. Pero el narrador sabe que será narrado en algún lado con algún contexto u otro; mientras los cuadros de Miró esten mirando para abajo y la poesía de esas reproducciones siga siendo la misma.
Pero porque no puede mantener los dedos callados (metáfora) tiene que por lo menos dar una mirada a todo lo próximo que pasó, lo que está pasando y lo que pasará. Los cables los tiene agarrados de la mano, bien tensos, mientras "ve" a Wilmar pasar por un gran salón caminando delante (o por) de un anarquista con cierto número primo y par mayor que dos.
El anarquista, mientras camina detrás, ve en el gran galpón pegadas con cinta de embalar algunas obras (reproducciones) de Joan Miró (Que en algún momento estuvieron en una sala de espera de una clínica materno infantil) le dice a Wilmar (Anarquista sin número):
- Estos cuadros están al revés.
- Sí. Y tienen el mismo sentido; demuestra la grandeza del anarquismo: que las formas sigan siendo bellas sin tener que darle importancia a los sentidos impuestos por autores o por las masas... Además él que las puso realmente no tenía idea de quién era Miró... Así que busque esa excusa. Y por ahora creo que quedó bonita; tal vez al próximo que pregunte le responda otra cosa.
Luego, los dos personajes se perderán en su pasado y futuro. El presente que el narrador quizo mostrar fue ese instante. Aunque el narrador se quedó realmente impresionado con un cuadro llamado "Elasticidad" de Umberto Boccioni que nunca podrá narrar ni menos terminar de abstraer. Pero luego el cuento o suceso, transcurrirá entre lo que venía siendo un cuento con inicio, nudo y final. Sin intervención de nada más que lo pasa.
Y esto puede ser leído como algo que está pasando, que pasará o que pasó. O tal vez, también, como algo que no pasó, está pasando o pasará. Pero el narrador sabe que será narrado en algún lado con algún contexto u otro; mientras los cuadros de Miró esten mirando para abajo y la poesía de esas reproducciones siga siendo la misma.
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