Al principio, pensaba que era el dolor. Que no me dejaba leer.
Luego, pensé que era el poco poder de concentración que andaba teniendo estos días. Había días y días, noches y noches, en los que leía mil hojas y no leía realmente nada. Todavía me pasa; porque creo historias, reencuentros y nuevas despedidas mientras los personajes de los libros filosofan, aman, mueren y literaturean.
Ahora, me doy cuenta que leo poco porque no quiero terminar los libros. Porque mi manía hace que los feche en la última hoja y que los vaya anotando. Pero ese "anotar" es el problema, es que ahí está el cuaderno verde en mi primer cajón; y no quiero abrirlo porque en las primeras hojas se encuentra el amor, luego se encuentra el cuento y al final los pocos libros leídos este año.
Y entonces me doy cuenta. No termino los libros porque no quiero ver esas letras chiquitas.
Pero sé que no lo voy a romper nunca. No sé que haré con esas hermosas letras; pero sé que por eso leo poco.
¿Y qué pasará si el personaje tácito de esta historia le pregunte al personaje que escribió estas letras hace tanto (O tan poco) tiempo otro café o helado? No pasará nada. No hay nada que perder. Tampoco hay nada que esperar.
Ejemplo explicativo: Último libro leído hoy. Anterior: 17-09-2008.
Luego, pensé que era el poco poder de concentración que andaba teniendo estos días. Había días y días, noches y noches, en los que leía mil hojas y no leía realmente nada. Todavía me pasa; porque creo historias, reencuentros y nuevas despedidas mientras los personajes de los libros filosofan, aman, mueren y literaturean.
Ahora, me doy cuenta que leo poco porque no quiero terminar los libros. Porque mi manía hace que los feche en la última hoja y que los vaya anotando. Pero ese "anotar" es el problema, es que ahí está el cuaderno verde en mi primer cajón; y no quiero abrirlo porque en las primeras hojas se encuentra el amor, luego se encuentra el cuento y al final los pocos libros leídos este año.
Y entonces me doy cuenta. No termino los libros porque no quiero ver esas letras chiquitas.
Pero sé que no lo voy a romper nunca. No sé que haré con esas hermosas letras; pero sé que por eso leo poco.
¿Y qué pasará si el personaje tácito de esta historia le pregunte al personaje que escribió estas letras hace tanto (O tan poco) tiempo otro café o helado? No pasará nada. No hay nada que perder. Tampoco hay nada que esperar.
Ejemplo explicativo: Último libro leído hoy. Anterior: 17-09-2008.
2 comentarios:
Es cierto, a veces, los personajes de lo que leemos siguen su relato, mientras los nuestros, los de nuestra imaginación tejen sus propias historias, aquellas donde la vida nos da otra oportunidad y los finales son más felices de lo que son en la realidad.
Saludos!
Los personajes que entretejo en mi mente, están aburridos de la misma historia con el mismo y consabido final.
La peor parte llega cuando se contrasta con la realidad y mis creaciones no hacen caso de lo que les especifiqué.
Es frustrante dar cuenta de lo cierto y no poder manipular humanidades a gusto.
:(
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