viernes, abril 17, 2009

Velorio.

1.
- Por suerte la mierda flota.
Le dice su amigo mientras se hunde en el velorio. Lo dijo sin desdén, sin ningún sentimiento en particular. Lo mira hasta que lo pierde de vista.
Al rato, luego de respirar lagrimas, también se hunde.

2.
Estaban caminando por Lomas de Zamora, en la zona que ellos llamaban "La loma del orto". David, macilento, lo miró a Ulises y le dijo:
- Mira qué lindo Grafiti.
Ulises lo miró y leyó: "Sonreí sino dejo de existir". No le dijo nada y siguieron caminando lentamente, comiendo pipas y sintiendo el sol invernal en la cara.
- Toma, me dieron este panfleto. Te dejo uno a vos. Me dieron dos. Eran Hindúes, o algo así.
Ulises tomó el panfleto y se lo metió en el bolsillo interno de la campera.

3.
Mira un buen rato a David. Blanco. Frío. Su rostro no tiene ni una sonrisa; ni siquiera indica bronca o enojo. La cara es el recuerdo de lo que fue y no será.
No llora aunque su amigo esté muerto. Los sollozos vienen de atrás. Lo engalanan y lo arremolinan, pero él no quiere llorar. Siente un bola de dolor y angustia en la boca del estomago, pero no quiere llorar.
Alguien grita: "¿Por qué?" Se lo pregunta al cadáver. A lo que fue David.

4.
El suicidio siempre le pareció algo muy raro. Desde algún punto de vista Ulises sabe que le tiene mucho respeto a David por suicidarse, ya que tomó el arma y apretó el gatillo. Porque piensa que logró algo que se propuso, hay mucha gente que amenaza mucho tiempo hablando de suicidios y no lo hace. Su amigo David sin decir nada, dejando una muy pequeña esquela escrita en lápiz (Que se manchó de sangre), se mató. Sobre lo que dejó escrito ninguno, más allá de su familia, sabe que puso ahí.
Pero por otro lado siente que fue un egoísta. Que no tuvo la fuerza necesaria para la vida, ante todos los reveces y destrucciones necesarias para vivir. Además le parece que tuvo miedo. Es más, Ulises está seguro que tuvo miedo, lo que todavía no llega a entender es miedo a qué.
¿A qué? Tal vez a ser feliz. No lo sabe. A Ulises ya no le interesa tanto.

5.
Ve a su amigo hablar con la prima más joven de David. La se está intentando levantar. Es lo que le dijo en el auto que haría.
"Qué hijo de puta"

6.
Un familiar se le acerca y lo saluda. El saludo es afectuoso y cariñoso. Se dicen palabras de aliento. Al rato, sin más que decirse, cada uno se va por su lado. Sabe que es el único saludo afectuoso que recibirá en todo el velorio.

7.
Ulises busca una silla donde sentarse. Todas están ocupadas por deudos que lloran. Algunos no lloran y hablan entre ellos, muchos hablan sobre la mar en coche y otras vicisitudes. Le llama la atención que muchas personas se rían tan abiertamente.

8.
- El padre anda diciendo que se mató porque era Nazi.
- ¿Cómo que Nazi? - Pregunta Ulises en su asombro.
- Sí, revisó su habitación y encontró un libro de Nietzsche.
- Estudiaba Filosofía, el padre lo sabe.
- No debe ser por eso entonces.
- ¿Pero por qué?
- No lo sé. Intentaré encontrar más información

9.
Sólo un verbo.
Por más mítico, o biblico, que suene.
El resto es andamiaje. Sólo un verbo. En presente. Si está en presente se presiente el pasado y se espera un futuro. Por ejemplo: Ve. En ese "Ve" está implicito el que "vio" y "verá".
Sí. Con sólo un verbo se construye el cuento perfecto.
El resto es sólo andamiaje. Se le agregan adjetivos, adverbios, sustantivos. Se juega con el tiempo de verbo, con las personas y todo lo maleable del idioma. Y la perfección se encuentra en un verbo conjugado en presente. Ahí está. Ve.

Ahí está la perfección del cuento. Todo lo demás es superfluo.

10.
Encuentra con la mirada una silla negra que se vació hace unos segundos. Está en un recoveco cerca de un cenicero de pie de bronce. En un lugar donde hay varias señoras sentadas mirando el piso con cara de dolor.
Sin mucho afán de demostrar su descubrimiento camina hasta la silla. Una vieja gorda y que no paraba de llorar se sienta antes que él. El sonido de la madera que cruje le dice que perdió.
Se lamenta por no haber podido llegar antes. Aunque si hubiera llegado antes le tendría que haber ofrecido la silla, sólo por caballerosidad. Tal vez no lo hubiera hecho y la vieja hubiera pensado: "Gentil de mierda".

11.
- Parece que el padre encontró en su pieza muchas grabaciones de Wagner.
- Seguro que no se fijó que el director de orquesta era Daniel Barenboin, ¿no?
- No creo. Pero anda gritando que era Nazi. Y que se suicidó porque era Nazi y se dio cuenta que tenía que matar a un judío. Y entonces se mató. Por judío.
- ¿El padre?
- Sí.

12.
Mi poeta de cabecera es Gabrielle D´Annunzio. Por suerte no me suicidé, porque mi papá revolucionario hubiera pensado que yo era fascista si encontraba ese libro en mi mesita de luz y me hubiera desheredado.

13.
"¿Qué miseria terrena puede velar el esplendor de la verdad que luce en estos ojos? ¿Qué alma afligida puede ignorar la virtud consoladora que de vosotros fluye?"
# Gabrielle D´Annunzio - Las Virgenes de las Rocas.

14.
Perdió completamente del marco de su visión a su amigo, y tampoco encuentra a la prima de David. Por algún instante se pregunta en dónde podrán estar, ya que tiene ganas de irse y su amigo es el único que lo puede llevar hasta la casa. En la madrugada en esa zona ya no pasa ningún colectivo, ni combi, ni nada. Tiene que esperarlo.
Ulises espera que todo se haga rápido. Aunque nota que va para largo. Se siente hundido en el velorio. Por momentos no puede respirar por el olor a humo. A la altura de los ojos ve una bruma color plomizo que se sostiene.
Tose, varias veces.

15.
Ve una vieja silla vacía, parece incomoda, pero rápidamente se sienta en ella.
No ve a ninguna vieja cerca suyo y queda solo en un rincón pensando en David.

16.
Busca en su campera el paquete de cigarrillos. Hace mucho que no fuma pero le entraron unas incontrolables ganas. Piensa que debe ser por todo el humo del lugar.
En su bolsillo interior de la campera encuentra el panfleto que le había dado David, el panfleto Hindú.
Lo lee. Lo mira y ve la esvástica; piensa que tal vez eso fue lo que el padre vio en su habitación y que por eso anda diciendo que es nazi.
Una esvástica hindú, esa es justo al revés que la otra.

17.
Por suerte el padre no vio el rincón de la biblioteca donde están todas las novelas de Louis-Ferdinand Céline. Luego se da cuenta que tal vez lo vio pero el padre no sabe nada sobre las ideas de ese literato.
Recordó que en algún momento David le dijo que la mejor prosa de Céline se había dado en tres panfletos pacifistas; que de pacifistas tenían mucho de antisemitas. Céline escribió tres panfletos pacifistas: Bagatelles pour un massacre, L'École des cadavres y Les Beaux draps. Al rato de decirlo, sonrió un largo rato e hizo un gesto de entendimiento.

18.
No sabe si debe intentar aclarar el asunto.

19.
Decide que es un pelotudo si realmente lo piensa, así que decide que no se lo dirá. Nunca.

20.
Se da cuenta que nunca más volverá a ver a David y por primera vez en todo el tiempo desde que se enteró de la noticia hasta este instante, llora. Llora un buen rato en su rincón solitario del velorio.

21.
Si lo hacen sonreír quizá vuelva a existir, tal vez... ¿Valdría la pena intentarlo? Por lo menos sacarle esa cara de nada que tiene.

22.
- ¿Por qué?
- Porqué.
- ¿Por qué?
- Por qué.
Gritan en sollozos.

23.
Ve a su amigo apoyado en la puerta de vidrio. Está fumando un cigarrillo, se acomoda el cinturón.

24.
Se acerca a su amigo y sabe que es la hora de irse. No tiene más ganas de estar allí, piensa en todo momento en los últimos instantes de la vida de su amigo David. Piensa en la .22, en la caricia del gatillo. Piensa en todo lo sucedido. En cómo se disparó al corazón, como un gesto, y no en la cabeza como sería lo que indica la razón.
No sabe porque, pero a Ulises no le interesa.

25.
- ¿Vamos?
- Sí. - Le dice su amigo.
Están saliendo a flote del funeral, están saliendo por entre el mar de gente y saludando a varios. Una vez afuera Ulises siente que vuelve a respirar. El aire frío de la noche primaveral le sienta bien, su amigo camina delante de él.
- Me cogí a la prima. - Le dice su amigo.
Ulises lo mira largamente y le responde:
- Sos un sorete.

3 comentarios:

Cloe dijo...

Hay cosas que parecen repetirse en todos los velorios, muchas las reflejaste en lo escrito.

Besitos

Unknown dijo...

Hoy lo leí en en blog de Citas. No comenté nada no se por qué. Sólo no comente, pero me quedé con ganas de hacerlo. Y qué mejor excusa que cruzarme con tus palabras por aquí. Vecino, sepa que se disfruta mucho el leerlo. No voy a comentar más. Poque está de más. O no, sólo que está bien que diga lo que dije. Son los viernes algo perjudicial para mi más lucido estado.
Admito haber perdido el hilo... Más luego espero retomarlo. Un gran saludo, vecino.

l dijo...

Me sigue fascinando el punto 9. Y la bastardilla que me lo hace tan autónomo.
Los agregados completan adjetivos, adverbios y etcéteras.

Buen relato.
Buena forma.