viernes, enero 04, 2013

Hojarasca.



Explotó en un remolino de hojas
Escritas a máquina y garabateadas a mano
Que lo escondió en una nube imaginaria
Entre la cual cayó como una bolsa de papas
En el medio de nuestro túnel
Mientras pasaba un tren diesel
Y no es escuchaba nada
Más que el golpeteo de los durmientes
No hubo luz del sol ni claro de luna
Cuando su alma dejó su cuerpo
Inerte y tirado en el largo pasillo
Entre el este y el oeste
Por debajo de la estación de trenes
Donde quedó el cuerpo
Entre el olor a vegetales podridos
Y plástico viejo de juguetes gastados
A la vista de los testigos presénciales
La ayuda tardó en llegar
Quizás porque pareció un chiste
O una escena de película
Por cómo cayó
Por la nube de folios
Por las poesías que quedaron el aire
Nadie lo ayudó
No había nada que hacer
Cuando su cabeza tocó el piso
Ya estaba muerto
Todos sintieron un escalofrío
Detrás del cuello
Quizás era porque la parca
Anduvo suspirando aliento frío
Detrás de todos los presentes
Un buen rato
Y lo eligió a él
El más viejo de todos
Los que cruzaban por el túnel.

Nadie lo sabía pero es un poeta
Era un padre de una hija que casi no conocía
Tenía un amante de su misma edad
Desde hacía más de diez años
Su hija y esposa no se enteraron que murió
No sintieron nada en ese momento
Su amante no volvió a verlo
Aunque fue su amante durante todo el tiempo
Tal vez porque amante se es toda la vida
Era algo viejo y caminaba poco encorvado
Y lo último que tomó fue un café con ginebra
En el café que todavía está en la estación
Que todavía guarda su mesa
No hablaba con nadie
Sólo pedía su café y ginebra
Y se dedicaba a leer y a garabatear
Sobre las páginas escritas a máquina
En su eterno poema
El que empezó cuando tenía quince años
Siguió cuando usaba uniforme de ferroviario
Y que escribió durante el resto de vida.

La nube es un poema
Fue una niebla de hojarasca
Sin presunto principio ni final
Algo que parece ser eterno
Sin mayúsculas o puntos o comas
Un poema sobre Cayo Julio César
Su vida y sus logros y miserias
Especialmente su caída
Y parece ser un trabajo en desarrollo
Un maldito work in progress
Tal vez el de toda su vida
O el de un ratito de vida
Las hojas que volaron
Hablaban de la muerte del tirano
De las idus de marzo
Los días en que el metal llenó su cuerpo
No hay rastros de otros sucesos
Ni sabemos si existen más hojas
Más versos rimas o métrica
Pero parece algo de un todo
Tampoco hay un orden
Porque la muerte aparece en todas las hojas
Los versos son largos
Y parecen ser intercambiables
Puesto que la historia no cambia
Pero las ideas cambian
Si se leen de una forma el tirano es amado
Con otro orden es un demócrata odiado.

Nos dedicamos a encontrar
Durante larga vida
Los diferentes fragmentos del poema
Para poder ordenar y editar
El sentido de la vida
Del viejo que murió en el túnel
Entre medio del este y del oeste
Más allá de comunismos y capitalismos
De algunos Smith y otros Marx
Pero no sabemos quién es
No tenía nombre en su cuerpo
Más que su cara
Que le debe decir algo a quienes lo conocen
Tal vez muchos o quizás pocos
Puesto que a nosotros no dice nada
Pero ahora es nuestra obsesión
Y escribimos cuentos y novelas
Inventamos odas y elegías
Hasta leímos algo en su tumba de expósito
Él es nuestro Natalia Natalia
Nos basamos en su presunta vida
Nuestra suya existencia
Así nos divertimos
Entre los cafés y el vermouth
En las sobremesas en la mesa
Creamos de un muerto una vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Abandonaste Citas?

g. dijo...

Citas está en hiatus por el momento.